Si estás leyendo esto, es que probablemente tienes el deseo de sentirte mejor y has tomado la decisión de buscar ayuda. ¡Enhorabuena! has dado un paso de gigante en tu camino. Ahora, claro, toca saber en manos de quién ponerse. Comprensible y necesario. ¡Yo hago lo mismo cada vez que busco un profesional!
Esto es lo que tengo para ofrecerte sobre mi:
Estoy presente
Valoro y agradezco que me invites a participar en tu proceso terapéutico o de mediación. Sé lo importante que es dar el paso y los muchos momentos en que tirarías la toalla. Para que puedas llegar hasta el final es imprescindible sentir que no caminas solo y que cuando te abres y compartes lo que llevas dentro, la persona presente lo recoge y lo abraza. Puedo asegurarte que sentirás mi presencia en cada sesión y que podrás contar conmigo siempre que lo necesites entre sesiones y durante todo el proceso.
Te escucho
¡Me encanta escuchar! Siempre he disfrutado más escuchando que hablando. ¡Se puede aprender tanto escuchando! Por supuesto cuando digo escuchar es algo más que estar en silencio mientras otro habla. Me refiero a poner en ti todo mi ser y mi atención, a mirarte a los ojos al recibir tus palabras mientras tu sientes mi interés y presencia. Me refiero a aquel momento de la comunicación en que te sientes entendido y sientes que la persona ha recogido no solo lo verbal, sino los sentimientos, ideas o pensamientos que subyace a lo dicho.
He estado donde tu estás
La vida ha sido generosa y a la vez a sido un sendero de obstáculos para mí. Obstáculos que no he ido esquivando, sino sacando uno a uno de mi camino. Los he visto, analizado y he aprendido a sobreponerme a ellos adquiriendo los recursos y conocimiento que ahora siempre me acompañan. ¿Cómo lo he hecho? De la manera que te invito a ti ha hacerlo, ¡a través de la psicoterapia! ¡He estado en tu lugar!
Me implico y aprendo contigo
Cada terapia es una oportunidad única para ti, pero también lo es para mi. Por supuesto los beneficios de todo lo que trabajes son tuyos. Lo que pasa es que como observadora de tu proceso también soy parte de él. Todo lo que compartas conmigo, todo lo que crezcas y aprendas a mi lado, a mi también me ayudará a crecer. Como dije, voy a estar presente y te escucharé con mucha atención y cuidado. Esa implicación me hace partícipe y hace que indirectamente aprenda contigo.
Motivación y Pasión
Si hay algo que disfruto en esta vida es aprender de ella y avanzar. Me encanta ir a terapia, me encanta trabajarme, me encanta ganar aquellos recursos que no tengo. Disfruto al poner en práctica nuevas habilidades. Me fascina el mundo interior de las personas, entender las relaciones. Me complace poder ayudar a los demás a que entiendan mejor su dolor, lo recojan, integren y sigan caminando de frente. La motivación y la pasión que me mueve la noto yo y también la notan los demás. Por todo ello decidí, que haría de ello mi profesión.
Experiencia y formación diversa
En mis treinta y largos años de vida hay algo que no he dejado nunca de hacer: trabajar y estudiar a la vez. De muy joven ya trabajaba los fines de semana y cuando empecé la universidad empezaron los trabajos a jornada completa para poder pagarla y mantenerme. ¡Si miro atrás no sé ni como lo logrado! He conseguido estudiar una carrera y formarme en aquello que me gusta, logrando diferentes conocimientos que son los hoy deseo compartir contigo.
Confidencialidad
Tanto si trabajamos juntos en psicoterapia presencial como si lo hacemos online, voy a intentar siempre mantenerme neutral e imparcial. Por supuesto todo lo que tratemos en las sesiones es absolutamente confidencial, respetando al secreto profesional y siguiendo el código deontológico de mi profesión.
Ansiedad
Duelo
Trauma
La psicoterapia es un tratamiento con base científica. La relación entre la persona que la solicita y el terapeuta se basa en el diálogo y el uso de técnicas, recursos, tareas y ejercicios que ayudan a la persona a mejorar significativamente su bienestar. Es importante tener claro que se requieren una gran habilidad y conocimiento por parte del terapeuta, pero también —y es muy importante— un compromiso por parte de la persona para que el tratamiento sea exitoso.
La psicoterapia es un proceso en el que ambos se implican —¡ambos!—, y si lo que buscas es algo rápido que se resuelva en una sola sesión, te diré que es muy difícil que un malestar gestado durante días, meses o años pueda desaparecer tan rápido. Aquello que nos limita, los pensamientos, las emociones y los sentimientos que duelen suelen seguir patrones —conductas repetitivas—, y suelen estar relacionados con cosas que hemos vivido o con carencias como la falta de recursos para gestionarlos mejor. Así que si lo que buscas es “que se resuelva solo y rápido”, no es una buena opción para ti. Pero una psicoterapia tampoco tiene que ser eterna: tiene que ser específica para lo que se demanda, y cuando el objetivo se ha conseguido, se termina. Cuando se vuelva a necesitar, si es que ocurre, empieza otro proceso… Al menos así es como a mí me gusta trabajar y como mi formación lo contempla.
Las sesiones tienen una duración aproximada de 50 minutos. De todos modos, la primera visita dura 1 hora y media porque se necesita más tiempo: es una primera toma de contacto, se identifica la demanda de la persona, —es decir, el motivo de consulta— y se recogen las primeras informaciones necesarias. Todo ello le sirve al psicoterapeuta para entender la situación y realizar las primeras hipótesis sobre el caso, además de diseñar las primeras estrategias a seguir. En general, las personas desean abrirse y expresar lo que llevan tiempo gestando en su interior. La primera sesión es la primera oportunidad que tienen muchos para expresarse, y se nota. Ofreciendo un tiempo extra podemos garantizar que sean escuchados y que recibamos la información necesaria para acompañarles. Por todo ello, te invito a conocerme.
Busco siempre trabajar desde la naturalidad, calidez y confianza mutua, poniendo una mirada positiva en todos los logros que vamos a conseguir gracias a un trabajo conjunto.Desde que finalicé mi carrera como psicóloga tuve claro que la psicología clínica y de la salud iba a estar presente en mi desempeño profesional, tal es así, que he tratado, entre otros, numerosos casos de ansiedad, depresión, estrés, pensamientos obsesivos, baja autoestima duelos... adaptándome siempre a sus características y buscando conjuntamente las mejores estrategias para superar su malestar.
Mi experiencia a lo largo de estos años me ha permitido desarrollarme como profesional y como persona, tratando con distintos tipos de casos y familias y es precisamente está experiencia, la que me dan mis pacientes cada día, mi mejor formación.
¿Hablamos?
Hago de mi ligar de trabajo, un lugar seguro y acogedor para que puedas sentirte lo más en casa posible.
En mi vida personal, disfruto viajando, conociendo nuevos lugares donde la naturaleza y los animales estén presentes, me apasiona conocer personas y formas de comprender el mundo que nos rodea, considero que es, junto con la psicología, de las actividades que más me enriquecen a nivel personal.